Lo mejor del fin de semana #6

Semana redonda para los rossoneri, victoria en el difícil campo de Udinese, goleada escandalosa ante nada más y nada menos que el Arsenal inglés y triunfo en cancha del desesperado Cesena.

Mejor momento no pudo encontrar el Milan para mostrar su mejor futbol, con el calendario cada vez más complicado y la lucha por el título más apretada.
¿Será que el buen nivel del odiado Juventus ha obligado a los jugadores diablos a esforzarse más y rendir al máximo?
Puede ser, pero si eso se necesita para que jueguen de esta manera, que así se mantenga.

Un buen rato pasó para que el mejor jugador del mundo reapareciera en el Top, tras varias semanas difíciles para él y para su club, Lionel Messi apareció como sólo él sabe, en plan grande.

Leo tomó el encuentro con el Barça abajo en el marcador y marcó cuatro goles en fila, sin reacción alguna de la defensa del Valencia (tercera mejor de la Liga, nada más).

Messi no puede recuperar los puntos perdidos por el equipo, ni hacer que el odiado rival pierda, pero en su lucha personal por el Pichichi, la distancia con Cristiano Ronaldo se ha acortado a tan solo un gol.

Al igual que el Liverpool, Tottenham enfrentaba un duelo de F.A Cup aparentemente fácil, ante el Stevenage de la Tercera División inglesa.
Contrario a lo esperado, el humilde cuadro local se plantó decidido a eliminar a los Spurs, situación que no sólo incomodó si no que sorprendió a los visitantes, que no encontraron como sobreponer la situación.

El juego fue parejo, todo lo contrario a lo que se esperaría entre ambos cuadros. Al final resultó en un empate que obliga a un nuevo enfrentamiento y en el cual Tottenham deberá demostrar que el vergonzoso 0-0 fue únicamente producto de su soberbia.

No fue un gol trasendente pero vaya golazo que se aventó Shinji Okazaki con el Stuttgart del Maza Rodríguez.

Con el partido 4-1 en contra, el japonés no escatimó en confianza y tras un tibio recentro de Cacau, impactó el esférico con una tremenda tijera para incrustarlo potentemente en el ángulo, dejando al incrédulo arquero rival sin ninguna posibilidad de atajarlo.